“No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va”
(Séneca)
El mismísimo rey de la selva no es nadie sin su manada.
Demostrado queda cuando al ser expulsado, un león debe comer carroña e insectos hasta que le llegue la muerte, ya que no tiene el apoyo de sus pares para cazar o vivir en el mismo territorio.